... ¡Y que sople el viento y cien mil huracanes!
despeje la mente de todos los hombres;
que grite el espíritu que los acoge,
revuelva las almas como tempestades
y que el mismo infierno nos dé más dolores.
¿Por qué en mi copla reclamo tristezas?
Porque el sufrimiento despierta conciencias
Y hace que el hombre otros mundos añore.
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